¿Alguna vez te ha pasado encontrar una caja o bolsa llena de hilos y lanas que llevaban muchos años arrumbados y reaccionar como si hubieras encontrado un tesoro? A mi sí, eso fue lo que me pasó con los hilos que hay detrás de este chal, y con más proyectos que ya iré enseñando, son hilos y lanas que tienen más años que Matusalén, pero son de tan buena calidad que están como cuando mi madre los compró o se los regalaron hace ya bastante años.
Lo primero que he tejido con parte del tesoro es este chal, lo he tejido con dos ovillos de hilo de perlé de 200 gramos cada uno, estos ovillos y otros tantos viajaron a finales de los ochenta desde Tenerife a Granada, y ahí estaban esperando a que yo los cogiera y los transformara.
El chal está tejido con una aguja del número 6, he gastado justo dos ovillos y muy poco de otro, y mide más de dos metros de ancho y 80 cm de largo. Y por si quieres hacer uno igual o similar aquí te dejo el esquema por el que me he guiado para tejerlo, si te fijas el chal del esquema tiene flecos, pero yo le puse las puntas de otro chal, es cuestión de gustos, pero en este caso a mi me gustaba más con unas puntas.
*El esquema lo encontré en Pinterest.
Es un chal muy envolvente, grande, como le gusta a su dueña, que por cierto aún no lo ha visto, se lo daré la semana que viene por su cumpleaños.
Y esto es todo por hoy, muy pronto te enseñaré más chales, esta vez sí serán para mi, uno lo tengo listo para bloquear, y el otro aún me tendrá entretenida unas semanas más.
No me quiero salir de mi blog sin desear un ¡Feliz Otoño! a quienes me leéis desde este Hemisferio, y una ¡Feliz Primavera! a quienes me leéis desde el otro.
*Besos de colores*
