El invierno pasado, tras lavar una bufanda de mi marido en la lavadora, se quedó que no parecía la misma, así que fui a una mercería a comprar unos ovillos para tejerle otra.
Mientras me decidía por los ovillos, le comenté a la chica de la mercería lo que me había pasado con la bufanda, que, por cierto, era de lana merino superwash, le dije que tras lavarla en la lavadora había perdido toda la suavidad y esponjosidad que tenía, y me dijo que la lana merino no se lleva muy bien con los centrifugados de la lavadora, y que posiblemente eso fue lo que la había estropeado. Lo tendré en cuenta para la próxima... por mucho que ponga en la etiqueta que se pueden lavar en la lavadora, con algunas lanas hay que tener cuidado.
Al final no tenía mucho dónde elegir y acabé comprando 3 ovillos de 100 gramos en azul marino, de Katia Merino Classic, sí, merino otra vez, es que me encanta la esponjosidad que le da a las bufandas, pero ya estoy avisada.
Como a mi marido no le gustan las bufandas muy largas, con dos ovillos y algo tuve suficiente para tejer la bufanda, y con el resto de lana decidí hacerle un gorro, tipo Beanie, sencillito, algo corto, y pegadito a la cabeza, como a él le gustan.
En un principio iba a tejer el gorro con dos listas de colores, una azul y otra beige, siguiendo la misma técnica que explica Nuria en su blog, que me gustó como queda, pero menos mal que le comenté a mi marido qué le parecía la idea, porque me dijo que él no era de tantas listas, que como mucho le pusiera 2 ó 3.
Al final me decidí por tejer el gorro a punto liso con agujas circulares, y le tejí dos franjas en color beige, también de Katia Merino Classic.
La bufanda está tejida con un punto también muy facilón , el llamado punto inglés falso. Y ya solo queda esperar al invierno que viene para que J pueda estrenar su conjunto de Bufanda y Beanie.
Yo por ahora le digo adiós a las lanas y a los materiales más cálidos, para darle la bienvenida a los algodones e hilos más fresquitos.
Al final no tenía mucho dónde elegir y acabé comprando 3 ovillos de 100 gramos en azul marino, de Katia Merino Classic, sí, merino otra vez, es que me encanta la esponjosidad que le da a las bufandas, pero ya estoy avisada.
Como a mi marido no le gustan las bufandas muy largas, con dos ovillos y algo tuve suficiente para tejer la bufanda, y con el resto de lana decidí hacerle un gorro, tipo Beanie, sencillito, algo corto, y pegadito a la cabeza, como a él le gustan.
Yo por ahora le digo adiós a las lanas y a los materiales más cálidos, para darle la bienvenida a los algodones e hilos más fresquitos.
*Besos de Colores*